MODELOS... ¿A SEGUIR?

¿Qué estamos haciendo?. Creamos una serie de modelos o patrones, elevamos a la categoría de líderes de masas a personas que son capaces de crear expectación, al margen de sus valores y principios, de sus logros… Así se dan situaciones, donde miles, no quisiera decir que fuesen millones de adolescentes, quieren parecerse a Paris Hilton, chicas, que en la mayoría de los casos, con respaldo de sus propios padres, esperan junto con el aprobado de Selectividad, su premio, un aumento de pechos… “sin tetas no hay paraíso”.
Evidentemente esto es un trabajo de todos. Son chicas que pertenecen a un sector que produce pingües beneficio en el mundo de la moda, pero que desconocen por ejemplo quien fue Coco Chanel y su reivindicación, a través de su trabajo, de la mujer en un mundo de hombres.
Para ellas, Kate Moss es una modelo a seguir, a pesar de llevar una vida nada modélica e indeseable para nuestras hijas. Sin embargo firmas de moda y cosméticos pagan sumas millonarias para que sea su imagen, sin importar que su piel se encuentre tan perjudicada por sus hábitos. Y se dan situaciones, como es el caso de Belén Esteban que suscita un debate sobre porqué si o porqué no, un diseñador estima o no conveniente que se case con un vestido suyo y que se la relacione con su firma. Hemos oído comentarios sobre su vulgaridad, su no saber estar y hasta hay quien justifica que no quieran hacerlo. Pero seamos un poco más serios y dejemos de un lado esa frivolidad que resulta tan dañina. Si comparamos a Kate Moss y a Belén Esteban, a simple vista la diferencia es obvia. Un diseñador paga a una persona adicta a las drogas que ha sido vista en situaciones lamentables, consumiendo cocaína, rodar por las escaleras porque no era capaz de sostenerse en pie, pero esto, lejos de dañar la imagen de un diseñador, es aún más rentable para la “modelo” y para la firma. Belén Esteban no tiene la sofisticación ni el “glamour” para permitirse llevar una vida desordenada que le daría el caché para que se le haga un vestido. Solo se trata de una persona, que no tiene el nivel cultural necesario para desmarcarse de una chica normal y que lleva una vida, al margen de su trabajo, de forma decente y honesta consigo misma y con los demás. Es decir, si tienes una cara y un cuerpo dentro de los cánones de belleza de los marcados por no se quien de la moda, no importa que tu forma de vida, tus ausentes valores y tu inexistentes principios te hagan famosa, es más, en estos casos, incluso te resulta haces caja con cada escándalo que protagonices.
A nuestras adolescentes, les enseñamos modelos poco modélicos como Paris Hilton, o le damos “vidilla” a la “Chonis” de “Paquirrin”. No pretendo que sigan como modelo a Madame Curie, pero tenemos actrices preparadas, guapas, inteligentes y trabajadoras como Maribel Verdú o Natalie Portman. En algo estamos fallando.