Adelgazar controlando tu mente...

El 75% de hombres y mujeres en alguna etapa de su vida se han planteado adelgazar. Adelgazar no es solo cuestión de dieta. Se deben seguir programas que ayuden a disfrutar del proceso sin ansiedad ni agobios, se trata de adelgazar sin perder la salud ni el buen humor.

Un buen peso es la mejor garantía de una buena salud, mantener la grasa corporal adecuada contribuye a prevenir muchas enfermedades, como las cardiovasculares o degenerativas.

Antes de comenzar un plan de adelgazamiento, se debe cuidar la parte del cuerpo que más nos puede hacer comer, y no es precisamente la boca, la mente, ya que el 50% del éxito de la dieta y del ejercicio, depende de nuestra actitud. Existen técnicas de autosugestión que reeducan la mente para qe se adapte más facilmente a un estilo de vida sano, sin que el cambio de hábitos signifique una tortura física, ni sicológica.

Si se quiere adelgazar es importante aprender a comer bien. Para ello es imprescindible saber reconocer cuando se come por hambre y cuando se come como gratificación para compensar problemas emocionales, ya que este segundo caso es el culpable de la mayoría de los excesos calóricos.

Controlando el hambre "nerviosa" podríamos perder peso sin hacer dietas restrictivas, puesto que solo se comería lo imprescindible para vivir. Para lograrlo hay que reeducar la mente con técnicas como la relajación, la visualización o la respiración consciente. Pero no es tarea fácil, y en muchos casos será necesario buscar apoyo profesional.

El estrés y la ansiedad son otros de los factores que más favorecen el sobrepeso y contra los que poco se puede hacer desde la mesa. Aunque algunos nutrientes como el magnesio y el cromo contribuyen a neutralizar los efectos del estrés, las técnicas de relajación, meditación y concentración mental resultan imprescindibles para que un exceso de estrés no tenga consecuencias sobre la báscula.

Pero más allá de los efectos directos sobre la silueta, los ejercicios mentales refuerzan la personalidad y ayudan a entrenar una serie de cualidades, como el afán de superación, la fuerza de voluntad, la autoestima, la constancia y la autodisciplina, muy necesarias para adoptar un estilo de vida más sano y para enfrentarse mejor a los retos de la vida diaria.

Adelgazar de acuerdo con las necesidades, capacidades y limitaciones físicas de cada persona, ayuda a disfrutar del proceso sin ansiedad, depresión ni complejos.

Para ponerse metas realistas y sanas, antes de iniciar cualquier plan adelgazante se debe calcular el peso ideal, ya que ha que tener en cuenta las características particulares de cada persona:
estatura, edad, salud general, constitución, proporción de masa muscular, peso de los huesos, etc.
Desde el inicio hay que tener claro que no se puede adelgazar más de lo que permite el cuerpo y la salud, y que no se puede perder peso de manera rápida y drástica.

El método más utilizado por los especialistas para saber cual es el peso recomendado es el índice de masa corporal (IMC), que se extrae de la operación de dividir el peso en Kgrs por la altura en metros al cuadrado: IMC= Peso (KG) / Talla (m)2.

Si la cifra resultante está entre 20 y 24,9, el eso está dentro de los parámetros de normalidad; a partir de 25 se considera sobrepeso y de 30 en adelante, obesidad.

La estructura ósea y la masa muscular determinarán la constitución: pequeña. mediana o grande; de modo que dentro de los parámetros de normalidad, la constitución pequeña se acercará más a 20, la mediana a 22,5 y la grande a 24 (en mujeres) y 25 (en hombres).

Ejemplo, si se pesa 76 Kg y se mide 1,65, el IMC es de 27,9: (1,65 x 1,65 = 2, 72; 76 : 2,72=27,9)

El tiempo ideal para delgazar es...
- de 1 a 2 kg: 7 días
- de 2 a 3 kg: 15 días
- de 3 a 5 kg: 30 días
- de 5 a 7 kg: 2 meses
- de 7 a 10 kg: 3 meses
- Más de 10 kg: se debe acudir a un especialista.

La mente es la herramienta más poderosa y efectiva para perder peso, por tanto los cambios de hábitos deben ser progresivos para no crear desajustes físicos ni sicológicos.

Si una persona es ansiosa o está muy estresada no debe hacer una dieta muy restrictiva.
Si se come mucho fuera de casa, hay que optar por los restaurantes de comidas frescas y sanas, pero nunca los de bufet libre.
Si se pica mucho durante el día, seguir la dieta de las 3 horas es una buena opción.
Un persona a la que le gusta mucho los dulces, debe seguir la dieta disociada o del índice glicémico.

Antes del primer aviso de hambre, una buena táctica, consiste en beber un gran vaso de agua lentamente. Si el hambre desaparece, es señal de que lo que se tenía era sed. El agua es otro nutriente que el organismo necesita más de lo que suponemos, y que no engorda.

Cuando se siente hambre fuera de horas, antes de llevarse algo a la boca hay que detenerse a pensar en lo que realment se siente: ¿tenemos hambre, o estamos aburridos, tristes, desengañados, solos, abatidos? Si es lo segundo, se debe intentar detener al ataque de hambre realizando otra actividad que no esté asociada con la comida, como llamar a alguien y contarle lo que sentimos, salir a dar un paseo, etc.

Hay que comer más lento que de costumbre, haciendo pausas entre bocado y bocado. Así se recibe la señal de saciedad en el momento justo y paramos de comer si habernos excedido.

Para eliminar la ansiedad y recuperar el hambre normal, hay que comer cada tres horas, antes de sentir un apetito atroz, y si esposible, cada día a las mismas horas para educar al organismo.

Se calcula que hay unos 300 millones de obesos en todo el mundo.

El sobrepeso es un factor de riesgo importante para la diabetes, la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria y otras enfermedades cerebrovasculares, de dolencias de la vesícula biliar, gota, artrosis y algunos tipos de cánceres.

Las enfermedades cardiovasculares relacionadas con el sobrepeso son causa de más de 4 millones de muertes por año en Europa.

Una dieta equilibrada previene entre el 30 y 40 % de los casos de cáncer.

Fuente: "Consejos para Adelgazar" Tereixa Enríquez y Jorge Narra