Bienvenid@

Suscríbete al Grupo, participa, dáte a conocer y ofrece tus servicios

Grupos de Google
Suscribirte a Moda e imagen personal
Correo electrónico:
Consultar este grupo

Próximamente en el blog

Puedes solicitar los temas que te interesen y los verás en el blog. Si tienes experiencia, conocimiento, o sugerencias sobre alguno de los que se van a tratar, por favor, publícalo y compártelo. Próximamente se publican en el blog los siguientes temas:

"BOCETOS TRAJE DE FLAMENCA"

Ir al Grupo de Moda e Imagen Personal

Grupos de Google
Moda e imagen personal
Consultar este grupo

Primavera Verano 2009 New York - Carolina Herrera

En Nueva York

lunes, 28 de abril de 2008

Vacaciones y tiempo libre: efecto antioxidante.

El ocio, puede ser uno de los mejores aliados de la salud física y mental.

Con el verano, llegan para muchos, las vacaciones y con ellas el tiempo libre.

La felicidad inmediata se basa en los placeres y gratificaciones que influyen directamente en el equilibrio emocional y generan antioxidantes en nuesro organismo.

Los placeres son emociones y sensaciones efímeras. (por ejemplo cuando gana nuestro equipo de fútbol un partido).

Las gratificaciones duran más que los placeres porque requieren que nos involucremos y nos esforcemos (leer un buen libro, una buena conversación y comunicación con un amigo o con tu pareja..)

El hecho de preferir placeres a gratificaciones, es según los expertos una de las causas más frecuentes de la depresion en los países desarrollados, ya que no encuentran una causa biológica para el vertiginoso crecimiento de esta enfermedad en la sociedad actual.

El verano, es un buen momento para buscar la gratificación de un viaje y su efecto antiedad que puede durar muchos meses, algunos antes de realizarlo, previa a la partida con la preparación, puede empezar cuando se leen libros o se ven documentales sobre el lugar de destino.

Viajar y conocer otras culturas, descubrir estilos de vida diferentes, renueva y enriquece la mente.

Es bueno viajar, no visitar. Viajar implica mimetizarse con otra cultura, ir con empatía y mente abierta, vivir sus tradiciones, danzas, gastronomía, compartir su cotidianidad, esto se percibe por el lugareño, que trata de forma diferente al viajero que al turista.

A la vuelta, se viene con algo más que simples fotografías o anécdotas, se consigue un enriquecimiento personal y una buena forma de entender otros modos de vida y eliminar prejuicios, sintiendo que en las diferencias está el encanto.

La clave no está en el lugar de destino, sino en la actitud de aprendizaje con la que se vaya.

El organismo tiene una reacción química a la sensación de placer y felicidad que aumenta las defensas y previene la oxidación del cuerpo, este puede ser otro buen motivo para disfrutar de nuestros viajes, que no tienen porque ser a lugares exóticos y lejanos, si no se dá la circunstancia para ello, España tiene lugares increíbles y desconocidos incluso para quienes vivimos en ella.

¿Qué es Belleza?

Pues depende de:
DONDE se pregunte, si en Europa, Asia, África...
A QUIÉN se pregunte, si hombre o una mujer, si a un adolescente o a un adulto...
CUANDO se pregunte: el tiempo hace variar el canon...

Entonces, ¿Qué es belleza?
La R.A.E. la define como: Propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas

Propiedad que en concepto será atemporal pero en formas variable y nada absoluta. Intervienen demasiados factores, fundamentalmente económicos y sociales.

Los estudiosos de la estética y los filósofos aún no se han puesto de acuerdo en la definición de la belleza. La belleza no se define, se reconoce. Es una cualidad, un concepto, un sentimiento, que se caracteriza por su relatividad: no hay un criterio universal a pesar de que existen aproximaciones a lo absoluto, acercamientos a la perfección que no existe más que como ideal.

En la prehistoria (40.000 – 5000 a.C.) y mas concretamente en la Edad de Piedra ya existía un canon de belleza sobre las mujeres, lo mas importante era la supervivencia y el crecimiento de los asentamientos nómadas y según muestras escultóricas (Como es la Venus de Willendorf o Venus del Cuerno) que han pervivido de aquellos tiempos, hoy sabemos que los hombres preferían mujeres con los órganos reproductores muy marcados (pechos, vientre, caderas anchas…) para que a la hora del alumbramiento les resultase mas fácil y no muriesen durante el parto ni la mujer ni el niño. Aunque se cree que eran las mujeres quienes elegían con que hombres querían formar una familia.

En la Biblia encontramos uno de los primeros documentos escritos preocupados por la belleza en la descripción de la reina de Saba en su visita al rey Salomón.

En Egipto (según desprendemos de las pinturas) tenemos una explosión de la estética corporal, del peinado, del maquillaje, de la estilización, incluso de la cirugía, y todo ello hasta más allá de la muerte (recuérdense los productos de belleza hallados junto a la comida en el ajuar funerario de la familia de los faraones).

El ideal estético del mundo clásico se fraguó en la antigua Grecia a partir sobre todo de la escultura. La belleza se concebía como el resultado de cálculos matemáticos, medidas proporciones y cuidado por la simetría. Es hasta cierto punto lógico que esto se diera así en Grecia, pues en ese contexto es donde nacen otras disciplinas como la filosofía entendida como conocimiento del mundo, de la ética y del hombre para ser más feliz. Dentro de este ámbito, la escultura persiguió el ideal de belleza basado en el binomio de que lo bello es igual a lo bueno. El gran pionero de la teoría griega sobre el ideal de belleza fue Policleto, a quien se atribuye el célebre tratado El canon, hoy perdido.


Tanto la belleza femenina como la masculina se basaban en la simetría, según la cual un cuerpo es bello cuando todas sus partes son proporcionadas a la figura entera. Ahora bien, hay sensibles diferencias entre el ideal femenino y el masculino debidas, claro está, a la concepción cultural.

Las esculturas de las mujeres, aunque proporcionadas, representan a féminas más bien robustas y sin sensualidad. Los ojos eran grandes, la nariz afilada; boca y orejas ni grandes ni pequeñas; las mejillas y el mentón ovalados daban un perfil triangular; el cabello ondulado detrás de la cabeza; los senos pequeños.

En tanto que el ideal masculino estaba basado directamente en los atletas y gimnastas ya que a atletas y a dioses se les atribuían cualidades comunes: equilibrio, voluntad, valor, control, belleza.

Roma absorbió toda la iconografía de la escultura griega con la leve variante de que, como pueblo más guerrero, al atleta le puso una armadura.

En la Edad Media, a grandes rasgos, nos encontramos con un ideal de belleza impuesto por las invasiones bárbaras, las cuales mostraban la belleza nórdica de ninfas y caballeros. La fuente más importante para analizarlo es la pintura.


La fe y la moralidad cristianas impusieron un recato en las vestimentas y una práctica desaparición del maquillaje, que se consideraba contrario a la moral cristiana en cuanto que desfiguraba lo que Dios había creado.

La censura cristiana propició que, cuando tenían que mostrarse cuerpos desnudos, como la Caída de Adán y Eva o El Juicio final, los cuerpos se esquematizaban para quitarles cualquier matiz de sexualidad. El ideal de mujer medieval, tantas veces pintado, entre otros, por Jan van Eick, presenta blancura en la piel, cabellera rubia y larga aunque el pelo puede estar recogido, rostro ovalado, ojos pequeños, vivos y risueños, nariz pequeña y aguda, labios pequeños y rosados, torso delgado y complexión ósea como corresponde a las nórdicas, caderas estrechas, senos pequeños y firmes y manos blancas y delgadas.

La blancura de la piel indica pureza y es al mismo tiempo símbolo de la procedencia del norte de ...

El documento completo está disponible en formato PDF en los Archivos del Grupo Moda e Imagen Personal http://groups.google.com/group/moda-e-imagen-personal?hl=es